Arrebol de nubes, celosía
que con trémulo fulgor encrespa,
llama viva en su pobreza,
dadivosa poesía
que con sus cantos ansía
libar el néctar
que de la noche vierte,
y desde la atalaya
morir y matar en noche aciaga,
volver a vivir quemando,
observando amantes en lontananza
ardiendo con sus palabras,
crepitando a semejanza
de las llamas que el infierno siente,
perdiendo toda esperanza
de abrasarse en otro seno.
Porque no hay pecho más tibio,
porque no hay beso más amable
de sentimientos, es volcán
y utiliza sus encantos al saberlo,
universal clamor dado el timbre
de sus brazos...
mas todo ser ha sentido
en ese día un amor.
JESÚS CABAL
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