Vacío que todo envuelve
en soledad distante y eterna
que sorda explota en el pecho
retorciendo el alma fiera.
La niebla lo arrasa todo,
se vuelve más triste y ciega
y como el humo oscurece
rielando en la noche etérea.
Todo está oscuro,
nada de luz me llena
porque la llama que ardía
se agotó de tanta pena.
JESÚS CABAL
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Me alegra que escribas de nuevo. La llama puede volver a arder. Para el vacío y la soledad, en nuestra mesa siempre habrá un plato para ti. Un abrazo.
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